Revalorar lo devaluado dentro de un proceso psíquico y colectivo
Según
Pablo Fernández Christlieb
1. La
percepción y la sensación son construcciones históricas culturales.
2.
Existe una correspondencia entre la manufacturación humana de objetos físicos y
conceptuales, por una parte, y la aparición de los distintos sentidos de la
percepción.
3. Dentro de la cultura se da un otro modo
de aprehensión o experienciación de la realidad que no es perceptual ni
sensitivo.
A partir de éstas tres propuestas
Fernández Christlieb las toma como una base para comprobarlas haciendo un viaje
a través del tiempo, con datos certeros e históricos para así poder tener un
horizonte amplio de lo que el quiere demostrar. A Través de ésta lectura de la
psicología colectiva de las cosas y los objetos podemos entender el porqué de
la sociedad actual, visto como una evolución en todos los aspectos. La
evolución no es únicamente humana, ya es global tal cual haciendo hicapié al
término de “La globalización”. Una de las cosas más rescatables para mí
del texto (además de la historia del color rojo en la edad media) sería la
apreciación de las cosas, el antes y el después. La situación en la que nos
encontramos en estos días está directamente relacionada con el modo de apreciar
los objetos en tiempos más antiguos.
Tiene que ver también con los procesos de
industrialización y más que nada con el capitalismo. Hoy en día caminamos tan
rápido que los objetos, las personas y nuestras relaciones son cada vez más
efímeras. No pretendo quedarme en esto, porque si quisieras reflexionar más
puedes hacer una breve lectura a mi escrito sobre el amor en tiempos
posmodernos, que bueno si realmente le entiendes te das cuenta que no es solo
en ese ámbito, si no que ese ámbito (el amor) es una consecuencia de un todo.
Más delante tocaré el tema del color rojo pero antes que nada quisiera citar a
Fernández Christlieb en donde para él “Un
objeto es algo que se declara extraño, ajeno, diferente a quien lo percata por
eso se llama objeto, porque objeta, pone objeciones”. Es increíble que
nuestras generaciones estemos tan perdidos en la vastidad de las cosas. Ya ni
siquiera entendemos bien un significado de algo, o a poco ustedes tenían idea
de todo el significado que hay detrás de un color: rojo que actualmente se
encuentra en absolutamente todo: automóviles, zapatos, ropa, electrónicos, ropa
interior. Creo que si en los tiempos de la edad media alguien hubiera pintado
su carrosa de color rojo no perteneciendo a la nobleza hubiera sido echado a la
hoguera en ese preciso momento.
Y así podemos circular a través
de la vida, precisamente llenos de nuestras creencias, para mí creo que una
creencia ya representa el estar flotando en una nube y no tener los pies en la
tierra. Claro no las estoy desacreditando, pero en éste texto a través de la
simple historia se ve como Pablo Fernández Christlieb puede validar sus propias
propuestas. Es como un despertar interno, ahora entiendo cuando se dice que “la gente de hoy ya no tiene sentimientos,
ya no siente o más bien lo que siente lo quiere sentir rápido y fuerte”. ¿Es
eso lo que queremos? Inconscientemente yo sí soy así, a veces y otras veces no.
“En la alta edad media casi no había
tales (objetos). Sentir un objeto, de donde deriva tanto la sensación
como el sentimiento, es percatarse de que algo pasa aquí, muy cerca, dentro de
este lado de la mirada y del oído; percibir un objeto es percatarse de algo
allá, lejos fuera de uno”. – Fernández Christlieb. Fíjate nomas en la
riqueza de esta pequeña definición, cómo la percepción y el sentir están
totalmente ligados y unidos. Es
percatarse de algo allá, lejos fuera de uno.
Para mí esto representa una
conciencia en la edad media que no se tiene hoy en día. Hoy los objetos son
parte de uno, hoy los objetos se apoderan de uno. Inconscientemente. El
constante bombardeo de objetos nos ha hecho perder el poder de sentir y de
percibir, no me asombra porqué entonces una mujer necesita de tantas
operaciones para poder sentirse como una mujer, ésta sociedad ha perdido la
capacidad de tomarse el tiempo de apreciar las cosas tal y como son y de poder
observarlas, percibirlas y de quizá decir “esto no me gusta” o “esto no lo
necesito” o “esto si me es útil” en vez de “esto satisface mis necesidades
momentáneas de sentirme alguien en esta sociedad tan podrida y superficial”.
No me gusta ser tan extremista,
pero el hecho de que en aquél entonces no existieran la cantidad de cosas que
hay hoy en día hacía que todo el proceso fuése mucho más rico y dejáse mucho
más aprendizaje, no tenemos idea de la historia milenaria que hay detrás de
todas las cosas, detrás de tener un simple libro impreso. De saber que existían
manuscritos, pergaminos y que todos éstos influyeron en el desarrollo de la
escritura y por lo tanto de la impresión, de la expansión del conocimiento en
todo el territorio europeo y hasta un buen día la invención de la imprenta y
por lo tanto la libertad de expresión. Y que hoy en día esté desapareciendo el
hábito de la lectura, la desaparición de las revistas y los periódicos porque
ya no estamos acostumbrados a percibir y sentir un buen libro y de detenernos y
darnos el tiempo de leer.
Sé que no he citado tantas
cosas de la gran lectura de la Psicología colectiva de las cosas y otros
objetos, pero tras leerlo en parte para mí éste es el aprendizaje. La
apreciación y la detención de las cosas que se traduce a el valor de las
cosas. Existe tanto que ya perdimos el valor de las cosas, ¿realmente cuál
es el valor de tu camiseta de zara? ¿$195 pesos? ¿te parece justo pagar ese
precio cuando realmente detrás de esas costuras hay muchas mujeres siendo
explotadas en países asiáticos con un sueldo muchísimo menor al sueldo mínimo
de México? Éste tercer mundo en el que vivimos no es nada comparado con el sub
tercer mundo en el que viven ese tipo de seres humanos. La industrialización
para bien y para mal ha llegado a esos extremos. Y estoy totalmente convencida
que a través de pequeñas acciones, nosotros podemos ir cambiando poco a poco esto.
Es cuestión de reflexionar en dónde
estamos parados, y hacia dónde queremos ir.
Para terminar quisiera volver
al tema del color rojo es uno de los primeros y más notorios objetos vistos en
la parte más profunda de la Edad Media, está directamente relacionado con la
sangre en primer lugar. Éste rojo escarlata fuerte y profundo. Psicológicamente
es un color que nos llega porque está dentro de nosotros. Es lo que nos da vida
pero al mismo tiempo también es la simbolización más pura de la muerte: la
sangre. Éste color lo vestían los poderosos ya que eran los únicos que podían
teñir telas (lo cual era considerado un lujo, un estatus) es por eso que la
religión (y más en la edad media) tenía tanto poder y además los cardenales y
obispos visten este color “purpura” el cual es una derivación del mismo rojo
así mismo la palabra “cardenal” proviene de el nombre de un pájaro de color
rojo.
“Cuando
hay pocos objetos, todos son maravillosos, en la Edad Media casi cualquier
cosa es sagrada, mágica, ni verificablemente real ni reconocidamente
imaginaria, no importa si fuera un borrego, la luna o un duende”. – Pablo Fernández
Christlieb
Muy buen trabajo Julia, te felicito. Me encanta leerte, semana tras semana.
ResponderEliminarMuy buen trabajo Julia, te felicito. Me encanta leerte, semana tras semana.
ResponderEliminarGracias Diana :)
ResponderEliminarComparto la idea de diana, tu blog es excelente claro y deja a reflexionar mas halla de lo comprendido o compartimos la idea que transmites.
ResponderEliminarHola Julia! Muy padre tu ensayo! Escribes muy bien y reflexionas las ideas de los autores (otros compañeros solo las copian), retomo algunas de tus ideas para mi ensayo. Saludos!
ResponderEliminarMuy buen análisis de la lectura.
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